Al cabo de un par de semanas
los chicos se encaminaron a su aventura, junto a ellos iba un nuevo amigo que
llevaba por el nombre de Alexis. Todos llevaban una gran aura de aventura y emoción
pero no sabían lo que les esperaba, como acabaría todo esto y que no volverían a
ver a sus conocidos y familia.
Viajaron en una vieja
vagoneta prestada de un tío de ellos, David como conductor y Jason como
copiloto, todos los demás se acomodaron en la parte trasera del transporte,
comenzando así si viaje a Chernobyl.
DESPUÉS DE 6 LARGAS
HORAS DE VIAJE JUNTO AL INSOPORTABLE DE SAÚL.
Después de una absurda pelea
entre Jason y Saúl, por chocolate, decidieron continuar con su aventura.
— ¿A dónde vamos? — Cuestionó Jason con
una sonrisa victoriosa mientras le daba un par de mordidas a su chocolate.
— A
revisar el lugar, no queremos toparnos con algunas extrañas sorpresas, además
de que Saúl es un miedoso y teme por su vida. — Respondió
David encendiendo su linterna para poder iluminar el camino.
— ¡David!
—
Exclamó el antes mencionado al mismo tiempo que hacia un mohín.
— Lo
siento, pero es la verdad. — Esta vez habló Hana
arqueando una ceja.
— No
hagan otra pelea absurda… — Murmuro Fany rodando los
ojos algo fastidiada debido a la situación.
Revisaron el lugar muy
cuidadosamente, se aseguraron de que todo estuviera bien, empezaron a armar sus
casas de campaña, se dispusieron a tener una charla acerca de lo que harían al día
siguiente.
— ¡Qué
les parece si hacemos una fogata para que haya un poco más de luz y
calentarnos! — Dijo David con un gran orgullo por su
maravillosa idea.
— ¡Suena
genial! —
Dijo Saúl emocionado por la gran idea.
— ¡Ya
están! ¿Qué les parece si Hana y yo vamos a buscar leña? —
Grito Fany agarrando a Hana.
— ¡Muy
bien yo pensare como encender la fogata! — Le
dijo a Hana y Fany muy pensativo.
15 minutos después…
— ¡Ayúdenme
chamacos! — Dijo gritando muy fuerte.
— ¡Voy!
—
Corrió Jason hacia Fany viendo que no aguantaba un poco la leña.
Atrás de Fany venia Hana con
un poco más de leña.
— ¡Hana!
¡Vamos Hana apresúrate! — Grito Saúl creyéndose el
jefe.
— ¿Qué
quieres tu Saúl, tanta prisa tienes por que no vienes a cargar lo que traigo en
mis manos? — Grito Hana furiosa.
— ¡No!, que pereza me da ir a
ayudarte. Aparte como si tú me ayudaras cuando necesito ayuda. — Dijo Saúl
serio y con un poco de furia.
— ¡Hay
esta! Si no me vas a ayudar mejor te callas —
Dijo Hana enojada y con ganas de pegarle a Saúl.
— Ya
chicos dejen de pelear — Dijo Jason queriendo paz y
tranquilidad.
— ¿Hana
si me pasas la leña, por favor? —
Dijo David muy prepotente.
— ¡Ash!,
ya voy —
Dijo Hana seria.
— Gracias,
ahora voy a intentar hacer la fogata. —
Dijo David muy preocupado por no saber cómo hacerla.
3 minutos más tarde…
— ¿David
ya casi terminas? — Dijo Fany desesperada.
— Chicos,
la verdad no sé cómo hacer una fogata. —
Dijo David temblado de miedo a que lo mataran a golpes.
— Haber
quítate. — Dijo Jason haciéndolo a un lado con una
patada.
Un minuto después…
— Listo,
para que vean como lo hace un maestro en la supervivencia. —
dijo presumiendo porque había encendido la fogata.
— No
seas presumido Jason, eso yo igual lo puedo hacer en menos tiempo —
Dijo Saúl con ganas de dejar en mal a Jason.
— ¡Aja!
—
Dijeron todos sarcásticamente.
— Bueno,
vamos a planear que vamos a hacer mañana —
Dijo Fany con ganas de salir a explorar.
— Miren,
yo la verdad ya quiero salir de este maldito lugar, me da un presentimiento que
nadie va a salir vivo. — Dijo Saúl con un gran temor
por lo que la gran ciudad aguardaba.
— Saúl,
no seas llorón, no va a pasar nada no hay nada paranormal aquí. — Dijo Jason tratando de darle seguridad a Saúl.
— ¡Saúl!
¡Saúl! Mira atrás. – Dijo Hana queriendo espantar a Saúl.
Saúl voltea rápidamente
hacia atrás espantado y dice. — Mejor yo ya me voy a dormir
antes de que me de diabetes de tanto espanto. —
— Si,
vete ya niñita. — Dijo David burlándose de Saúl.
Después de que Saúl se fue
todos se empezaron a reír de lo espantado que estaba.
— Ya vámonos ya no hay nada
bueno que hacer. – Dijo David con ganas de ir a dormir.
— Si
vámonos. — Dijeron todos.
Al día siguiente David fue el
primero en despertar por que escucho un extraño ruido proveniente de lo que
pareciera un hotel antiguo.
— ¿Qué
fue eso? — Cuestionó con algo de curiosidad y
temor mientras se levantaba de su bolsa de dormir.
Con pasos firmes se dirigió
a aquel lugar, teniendo cuidado de que aquella construcción no se callera.
Cuando entró sorpresivamente había luz, aunque sus muebles estaban demasiado
sucios y viejos, una extraña sensación le recorrió por su espalda provocándole
que se le erizara la piel.
— Impulso
de idiotez, aléjate — Repitió una y otra vez
cuando vio un elevador con las puertas abiertas — Al
diablo, la curiosidad mato al gato. —
Mientras entraba a aquel
elevador, el sonido se volvió a hacer presente… sonaba igual que a un oso… ¿Qué
rayos estaba pasando? ¿Un oso en un lugar como este? No pudo pensar más cuando
el elevador por si solo comenzó a cerrar sus puertas y subir al piso 7. Nuevamente el bicho del temor comenzaba a
picarle, las puertas se abrieron lentamente logrando dejar ver a alguien
arrinconado en la esquina del cuarto.
— ¿Hola? ¿Estás bien? —
Dijo David pareciera que no tuviera miedo por fuera pero por dentro estaba que moría
de miedo. — ¿Estas bien? —
Volvió a preguntar dando un
par de pasos hacia adelante, para poder ver un poco mejor.
Unos cuantos sollozos se
lograron escuchar en la habitación y un extraño aroma se hizo presente,
asqueado debido al olor, David sintió unas inmensas ganas de vomitar.
— Ein
weniger (uno menos). —
El miedo paralizo a David
cuando vio a una mujer de aspecto viejo y sucio levantarse de donde se
encontraba… ¿acaso lo que traía entre sus manos era una mano? No se iba a
quedar a preguntarle, por lo que presurosamente oprimió un par de botones del
elevador para que se cerraran las puertas.
— ¡Al
diablo esta aventura yo me largo! —
Exclamó arrinconándose en el elevador, de un momento a otro aquella mujer
comenzó a acercarse a David. — ¿Por qué no se cierran las malditas
puertas? — Exasperado volvió a oprimir varios
botones para que cierren las puertas.
Cuando por fin las puertas
cerraron, David soltó un suspiro de alivio. Pero su alegría no duro mucho
tiempo pues lo cables del elevador se rompieron y el elevador comenzó a
descender rápidamente, de lo rápido que iba que hasta David llego a tocar el
techo del elevador, cuando el elevador llego a tocar el piso del elevador,
David reboto contra el piso provocando una serie de fracturas, quedando en el
pequeño hilo de entre la vida y la muerte.
Escucharon el tremendo ruido
y todos salimos corriendo asustados hacia aquel lugar para ver lo que sucedía.
Llegamos y vimos a David
tirado, Saúl corrió hacia el a verle y tomarle el pulso.
— Lo
hemos perdido. — Murmuró soltando la pálida
mano de su amigo.
Entre sollozos y lágrimas
comenzaron a retirarse de aquel lugar, excepto Fany, que se queda parada justo
enfrente del cuerpo sin vida de su compañero.
— Mh…
pobre débil — Musitó tocando con la punta de su bota
la cabeza ensangrentada de este.
— ¿Qué
haremos ahora? — Comentó Hana mordiéndose
sus labios con fuerza para evitar llorar.
— ¿Qué
haremos? — Contestó con desdén Fany. —
Continuaremos, no dejaremos que una simple muerte nos detenga.
— ¿Qué
rayos dices? — Jason por fin hablo con algo de furia.
— Lo
que oíste, tu nos trajiste hasta aquí, así que terminemos esta “aventura”. —
Protestó nuevamente la morena.
— ¿¡Acaso estás loca!?
¿¡Después de esto quieres continuar!? — Exclamó desesperada Hana.
—JasonP